México, Puerto de Acapulco, origen de todo lo que conocemos hoy como pádel, tanto a nivel profesional como amateur. Enrique Corcuera, enamorado del frontón de su casa en Las Brisas, decide incorporarle una pared de unos tres metros de altura en la pared opuesta a la que ya tenía colocando, además, una red en el medio y cerrando sus costados con cuatro paredes de altura media.
En esta pista, familiares y amigos disfrutaban del que por aquel entonces era conocido como ‘Pádel Corcuera’ o ‘Pádel Tenis’. Años después, el Príncipe Alfonso de Hohenlohe, invitado por el propio Corcuera, prueba esta nueva modalidad y tal es su agrado que decide traerla a España al construir, en el año 1974, en el Hotel Marbella Club de su propiedad, dos canchas de pádel, aunque con algunas modificaciones respecto al diseño original
El éxito que obtuvo en poco tiempo este deporte atrajo a figuras destacadas del tenis como Manolo Santana, quien comenzó a organizar torneos y propagar el pádel en toda la Costa del Sol, donde varios clubes empezaron a construir sus propias pistas.
Ni qué decir tiene la gran repercusión que este deporte ha logrado en Argentina desde que, en 1975, un gran amigo de Alfonso de Hohenlohe, y asiduo visitante de Marbella, el millonario argentino Julio Menditengui, comprueba de primera mano su éxito, y decide exportarlo a Argentina, donde conseguiría posteriormente un auge sin precedentes (de hecho, hoy en día está entre los deportes más practicados, con más de dos millones de jugadores y cerca de 10.000 pistas repartidas por todo el territorio).
Otro de los nombres propios de este fenómeno en Argentina es el de Cacho Nicastro, pionero en el desarrollo y difusión de este deporte cuando acuerda y organiza el ‘Primer Encuentro entre España y Argentina’, en donde se compromete a invitar a un combinado español liderado por Don Rafael Silvela, quien convoca a 16 jugadores, en ese momento los mejores de España. En enero de 1998 llega la invitación de la primera Selección de España a Argentina, con encuentros en Buenos Aires, Mar del Plata y Punta del Este; ese mismo año, a finales de agosto, España devuelve la moneda de la invitación y a Madrid, Bilbao y Marbella llegan los primeros representantes de la albiceleste. La representación Argentina demuestra ya en estos inicios que el pádel argentino y el español tendrán un protagonismo fundamental en el desarrollo de este deporte.
La delegación Española estaba conformada por Rafael Silvela y los jugadores Juan Fontán, Javier Arenzana, Santiago Arpón, Miguel Sejismon, Bertin Osborne, Miguel Goizueta, Arturo y Carlos Jiménez, Fernando y Javier Sartorius, Manolo Lezón y Antonio Cavero, mientras que Argentina estaba compuesta por Ricardo Cano, Alberto Pisolo, Willy Barrera, Diógenes de Urquiza, Jose Luis Abusdich, Manuel Caracoche, Javier y Gustavo Maquirriain, Pequeño Quintín y Guillermo Caporaletti.
Este encuentro, el cual tuvo un gran seguimiento de publico, se realizó en el Complejo Forum de Mar del Plata, y en el Balneario Quen Ann, en Punta del Este, lo que significó la apertura hacia un abanico de posibilidades de captación de practicantes y el lanzamiento del pádel a nivel mundial.
El pádel en la geografía española
A Madrid llegaría unos años más tarde, concretamente al Club Puerta de Hierro, el cual construyó sus primeras canchas en la urbanización La Moraleja, cinco en concreto, convirtiéndose así en pionero y referente en la capital; mientras que en el resto de España, llega a zonas como Barcelona, Andalucía, Galicia y País Vasco.
En lo que se refiere a organismos reguladores, mencionar que en el año 1991, se constituyó en Madrid la Federación Internacional de Pádel, cuya presidencia recayó en un español, Julio Alegría Artiach, cuya primera tarea fue crear un circuito de encuentros internacionales y de concretar un reglamento de juego internacional.
En 1992, en las instalaciones del Club de Golf La Moraleja y en la Expo de Sevilla se desarrolló el I Campeonato del Mundo de Pádel, con la participación de delegaciones de 11 países de América y Europa, algo que se repetiría en el año 1996, en su tercera edición, ya en el Club de Campo Villa de Madrid y en el que se batió récord de participación de países.
En 1993 se consiguió un nuevo reconocimiento, ya que el Consejo Superior de Deportes (CSD) acordó incluir el pádel como modalidad deportiva; justo un año después, se aprueba la constitución de la Agrupación Española de Pádel, inscrita en el Registro de Agrupaciones Deportivas del Consejo Superior de Deportes.
Hoy en día, la totalidad de las Comunidades Autónomas poseen su propia Federación de Pádel; además, nuestro país es sede de la gran mayoría de pruebas del circuito profesional World Padel Tour, de numerosos circuitos amateurs y cuenta con varios de los mejores jugadores del mundo tanto en hombres (Paquito Navarro, Juani Mieres, Aday Santana, Matías Díaz…) como en mujeres (Carolina Navarro, Patty Llaguno, las gemelas Sánchez Alayeto, Alejandra Salazar…)
En los últimos años, el pádel se ha extendido a otros países como Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, etc. con numerosos aficionados. Esta influencia ha llegado también a América del Norte donde ya se pueden contar aficionados entre los estadounidenses y canadienses.
A todo ello hay que unirle, por supeusto, el hecho de que la mujer también haya encontrado su hueco en el mismo, que sea cada vez más reconocida y que tanto ella, como los más pequeños, puedan disfrutar de un deporte cada vez más y más universal.
Por tanto, desde PadelSpain, queremos ofrecer este reconocimiento a don Enrique Corcuera y agradecerle que, ahce la friolera de 45 años, inventara, no sabemos si por fortuna o no, este maravilloso deporte. ¡Mucho pádel!
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